Es muy probable que te hayas quejado alguna o varias veces porque sientes que te hace falta un teléfono más nuevo, una casa más grande o un vehículo de año más reciente, pero quizá lo que te hace falta es poder ver la vida, casa, historia de otras personas que no tienen casi nada para que valores lo mucho que sí tienes.

Hace dos años conocí acerca de la organización Compassion International en el primer maratón que hicimos para ellos en Vida Unida. Estábamos invitando a ser un patrocinar de alguno de estos niñitos que viven en pobreza extrema. Y entonces pensé: ¿Cómo puedo pedirle a otros que lo hagan, si yo no pongo el ejemplo?. Así que me aventuré a apadrinar a un niñito y en los siguientes días me decidí por uno más. Así que tengo 2 niños apadrinados y me encanta porque a través de la app de Compassion puedo enviarle fotos a mis niños, cartas e incluso regalitos especiales para navidad o cumpleaños y también recibo comunicación de ellos. Pero yo quería saber más sobre como sería el manejo de este sistema de apadrinamiento.

Un viaje a Rebública Dominicana

Este año 2025 fui invitada junto a otros compañeros de Hope Media Group a visitar República Dominicana  y conocer algunos de los centros donde se implementa el programa. Visitamos algunas iglesias locales y ahí los niños apadrinados reciben alimentación, se les suple necesidades básicas, se les lleva records médicos, se les ofrecen talleres educacionales y/o oficios para poder generar ingresos para ellos mismos cuando sean más grandes, se les supervisa para que asistan a la escuela, algunas veces se les provee ayuda económica a sus familias cuando hay situaciones adversas. Se les trata con amor y algo muy importante es que se les comparte del amor de Cristo.

Para que alguien salga de la condición de pobreza extrema no basta con una ayuda económica, se necesita que el corazón sea transformado, que haya sanidad, que sepan que hay mejores maneras de vivir, que vuelvan a soñar pero también a esforzarse por aprovechar los recursos que se les ofrecen para lograrlo. Y Compassion lo hace de manera excelente.

Historias impactantes

Me encantó ver y escuchar a varios chicos que fueron parte del programa desde pequeños y ahora tienen sus oficios o profesiones ya sacaron adelante a sus familias e incluso algunos de ellos apoyan a los centros, trabajando administrativamente ahí.  💕

Una de ellas, Yafreisi,  ahora tiene 20 años y se convirtió en una de las maestras del centro impartiendo clases de maquillaje a las jovencitas, además aprendió el arte de la repostería y emprendió su pequeño negocio con lo que hoy apoya también en su familia. Una chica muy inteligente y que ama a Dios. Verla y escucharla me inspiraba a seguir apoyando y orando por los niños apadrinados para que muchos logren salir de su situación actual y traspasar ese umbral hasta lograr sus sueños.

Pude ver de primera mano, como algunas familias habían recibido ayuda para poner techo en sus casitas ya que el agua se les trasminaba constantemente, les consiguieron colchones para que no durmieran en el piso, reciben paquetes  de alimentos de la canasta básica para la familia y siempre invitándoles a asistir a la iglesia voluntariamente.

Visitamos la casa de otro chico que sueña con ser pelotero (beisbolista) en su país, vive con su mamá y una hermanita de meses de edad, pero no cuneta con casa propia, han tenido que mudarse seguido debido a que no tienen para pagar alquiler. Cuando llegamos, estaban cocinando en un sartén demasiado pequeño sobre un fuego que estaba casi en el piso, y el rostro de ese adolescente era duro y oraba en mi corazon mientras hablábamos con su madre, para que Dios lo rodee de personas que lo inspiren a lo bueno y que se rinda a Él. Compassion está compartiéndoles de Cristo constantemente y el resto Dios se encargará de hacerlo, pero necesita mucho apoyo y oración. Pensé en las cartas que les escribimos a los niños y como realmente pueden inspirarlos y nuestras oraciones y apoyo económico puede impulsarlos.

Sembremos en estos niños

Regresé con el corazón conmovido por esos corazoncitos tiernos y hermosos, esas sonrisas en muchos casos tímidas, en otros muy expresivas y en otros algo asustados de aquellos niños y adolescentes que merecen oportunidades y amor de nosotros los hijos de Dios. Vale la pena sembrar en estos niños que crecen con oportunidades casi nulas para salir de la pobreza, pero Dios lo está haciendo a través de ministerios como Compassion International y tú.

Recuerdo las palabras que leemos en Mateo 25:40: El Rey les responderá: Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun el más pequeño, lo hicieron por mí. Sé que podemos tener temor de aventurarnos a cubrir la cantidad mensual para apadrinar, pero también sé que Dios se encarga de proveernos para ayudar a uno o más de esos pequeños que nos necesitan. Y lo más seguro es que la mayoría de nosotros tenemos muchísimo más de lo que necesitamos. Así que, podemos demostrar nuestro agradecimiento ayudando a otros con más necesidad porque puedes cambiar la vida de un niño.

¡Sirvamos a Dios, sirviendo a los más pequeños!