Si supieras cuántos días de vida te quedan, ¿cambiarias cómo vives? (Me imagino que puedes estar pensando, "Uy, Coppelia, ¿por qué estás pensando en eso? Qué mórbida. Piensa en cosas más bonitas, ¿no?")

Y la realidad es que normalmente, yo tiendo a ser una persona alegre, cantando en casa todo el tiempo (o al aire con Rocío en su programa del Mediodía durante Vidatón. (¡Jaja!) Los que me conocen, saben que siempre estoy riéndome y disfrutando cosas como jugar fútbol (soccer) con mi hija adolescente (¡ADENTRO de la casa!), caminar a mi perrita Ella junto a mi esposo Adam luego de cenar y mirar al cielo lleno de estrellas, agradeciéndole a Dios su hermosa creación.  

Pero he estado pensando en qué hacer cuando son asuntos de vida y de muerte porque el 1ro de marzo (hace solo unos días atrás), mi Abuela Mamín falleció a sus 94 años. El mes de febrero se cumplieron dos años de mi mamá Camille ir a morar con el Señor a sus casi 71 años, luego de luchar contra el cáncer. Hace solo unas semanas atrás, fui a un servicio de "Celebración de Vida" para una mujer muy especial que una vez fue mi jefa, muy querida por muchos en Houston, TX ya que estuvo en la radio cristiana por muchos años en la estación hermana de Vida Unida en inglés, KSBJ. Ella tuvo que ver con que yo me mudara de California a Texas para ser parte de este ministerio, por lo que estoy muy agradecida. 

Unas semanas antes de eso, mi esposo y yo nos secábamos las lágrimas en otro servicio de Celebración de Vida de una compañera de trabajo, Theresa, a quien le diagnosticaron cáncer en julio del año pasado ... y solo 6 meses más tarde fue a morar con el Senor en diciembre, dejando de sobrevivientes a su esposo, dos hijas mayores y dos hijos menores ("bonus sons") de su esposo, a quienes amó como si fueran suyos.

En septiembre del año pasado, falleció mi gran amigo, Chris, luego de una lucha contra cáncer que duró los pasados 6 años. Su esposa es un poco más joven que yo y ahora ella sigue sola, criando a sus 4 hijos. El año pasado, ella y yo nos enviábamos mensajes de texto cuando Chris y mi esposo Adam, ambos estaban en diferentes tratamientos de cáncer. 

La semana pasada mi hija (con la que juego soccer dentro de la casa) me preguntó, Mami, ¿por qué todo el mundo se está muriendo? 

Yo le dije, Baby, no es que "todo el mundo se esté muriendo." Es que, para esas personas, era su tiempo de ir a morar en el cielo con el Señor. Gracias a Dios, todos los que mencioné creían en Jesús y tenían una relación personal con Él. (De hecho, te animo a que, en este momento, dejes de leer este artículo y le entregues tu vida a Jesús si no lo has hecho. Luego, me encantaría que regresaras y siguieras leyendo.) :) 

Pero sí hay algo que he aprendido en estos últimos meses, y es que cada día es un regalo de Dios. No hay garantía de que vamos a vivir X cantidad de años. Y esto es sin importar diagnósticos de cáncer u otras situaciones. 

Cada día es un regalo de Dios.

Bueno, y como cada día que Dios nos da es un regalo, ¡celebremos este regalo de la VIDA! Gracias a Dios, conozco a MUCHAS personas que han sobrevivido diagnósticos y tratamientos de cáncer. Está mi amiga Jan que hace más de 20 años le diagnosticaron cáncer etapa o "stage" 3b ... y hoy sigue viviendo feliz y libre de cáncer (luego de cirugías, quimioterapia y radiación). 

Conozco a otras sobrevivientes de cáncer, como mis amigas Mely, Stephanie, Lourdes, Darla, Sherri y Cindy (que lleva más de 10 años "cancer free")! Tambien, gracias a Dios, mi papá, mis amigos Haitham y Manny, y tantos otros han atravesado luchas fuertes de salud y hoy siguen en pie.

Dios sigue haciendo milagros. 

Y no puede faltar mencionar a mi esposo Adam, que lleva 21 años luego de su primera cirugía de tumor cerebral en el 2004 (el año que nos casamos). Dios sigue haciendo milagros en su vida. ¡Gracias, Señor!

Ya sea que tú o alguien que conoces tienen un diagnóstico médico que te preocupa, no quiere decir que sea una sentencia de muerte. Hoy escogemos entre la vida y la muerte -- y Jesús nuestro Dios siempre nos da a escoger la VIDA en y a través de Él. 

La tentación es pensar que lo peor podría suceder. El temor y la preocupación son sentimientos normales que todos los seres humanos vivimos en diferentes momentos. Pero no tenemos que quedarnos presos al temor ni a la ansiedad. 

Entonces, ¿qué hacemos con estos asuntos de vida y de muerte?

Cada día, podemos elegir la VIDA. Podemos escoger AMAR. Ama a Dios primero. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Ten la certeza de que Dios está en control. Entrégale a Él tus preocupaciones y recibe su consuelo y fortaleza. Dile a Dios con toda honestidad tus temores en oración (Él ya los conoce). Y escucha Su voz de paz en medio de la tormenta.